__Anda, mira, un zapato en medio de la carretera... Madre mía, como iría la persona que lo ha perdido, seguro algo perjudicada__ Dice Isabel.
__Pues sí, ese zapato debe tener su historia... __ Dice Ramón.
Rocío, ya en casa... ¡Menuda fiesta!... ¿Quién me trajo? No recuerdo nada, me desvisto con desgana, el sueño se apodera de mi, ay, me llama la cama. Pero... ¿Mis pies?... ¡Voy descalza! ¿Qué hice con los zapatos? Miro por toda la casa, abro la puerta por si quedaron fuera, nada, ni rastro de ellos. ¿Cómo llegué así?
__ Andrea ¿Quedaron los zapatos en tu coche? He llegado sin ellos__.
Las risas inundan el teléfono... (Más risas)
__ Niña que hablo en serio... __ Dice Rocío algo enfadada.
__ Guapa menuda historia, tus zapatos deben estar esparcidos por Reina Victoria, te empeñaste en que regresaran solos a casa, no hubo forma de hacerte entender, que ellos no llevan pies __ Contesta Andrea entre carcajadas.
"y pasó por un zapatito roto para que mañana me cuentes otro!" jeje así termino los cuentos que le enseño a mi hijo!
ResponderEliminarSin duda que la fiesta estuvo muy buena, pero los pobres zapatos sacaron la peor parte!!
Ay amiga que agradable leerte, te dejo mis cariños!
Gracias preciosa Lady y que bonito final para los cuentos de tu niño. Eres genial.
EliminarBesitos amiga,
Yashira, esas fiestas locas luego traen estas consecuencias, a no ser que seas Cenicienta, a buen seguro que no se vuelven a ver. Se han dado casos en que los zapatos viejos si han sabido volver a su casa, pero con mucha suerte de no toparse con vehículos y niños traviesos en su trayecto.
ResponderEliminarMuy divertido.
un abrazo.
Uy Nicolás, pues este lo tenía crudo porque estaba justo en medio de la carretera. Me temo que tuvo mal final.
EliminarUn abrazo,
jajaa.. pues creo que sí, Rocío iba bastante perjudicada cuando solto sus zapatos rojos... Sería bueno que los zapatos pudiesen llegar solos a casa, pues de pronto cuando vamos de compras queremos al igual que Rocío, esparcirlos por donde sea.. :)
ResponderEliminarBesitos.
Pues si que es cierto, sí, creo que más de una hemos deseado alguna vez que volviesen solos y no nos torturasen más los pies, jaja.
EliminarBesitos Diazul,
Yashira, me imagino la escena: Rocío en plena calle hablándole a los zapatos y diciéndole que se vayan a casa por su cuenta. Perjudicada total. :):):):):):)
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Sí, pobre chica cómo debía ir, no me gustaría estar en su piel.
EliminarBesos Mos,
GRANDIOSO. Me provoca pensar en unos zapatos del futuro que tengan vida propia y que si estás cansado te traigan a casa.
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