Despues de más de un año, retomo mi participación en ENTC, agradezco el empujoncito de algunos Entecianos cercanos. Para ver la entrada original, pinchad en el enlace: TITANIC, viaje sin retorno. |
Imagen de Rosa Iglesias |
Conocías mi desasosiego, mi rechazo al mar, pero también ese amor insano que me unía a ti. Por eso compraste los pasajes sabiendo que te seguiría.
Desde aquel día conté los segundos que faltaban para la partida.
La fecha prevista embarcamos. Camarote 115. En la velada del 14 de abril de 1912, tras la cena, recorrimos la cubierta principal disfrutando de una noche oscura y calma, al fondo la música alentaba nuestro, cada vez más intenso, deseo. Tras cerrar la puerta de nuestra camareta, comenzábamos a devorarnos cuando en tus ojos pícaros una chispa reveló caprichosas intenciones, querías una botella de champagne, no podía negarme y salí maldiciendo mi suerte; el pulso acelerado, el cuerpo sudoroso y mi intimidad palpitante que pugnaba por reencontrarte. Copas, botella, ilusiones, resbalaron por babor. A estribor un golpe seco, gritos y esos acordes que desdibujando mi futuro, dibujaron tu silueta inalcanzable e indeleble para siempre.
Y ahí permaneces, recordándome que lo sabes, que los años transcurridos no han borrado mi necesidad, que la debilidad me golpea a diario dejándome sin respiración, ahogándome contigo bajo esas frías aguas a las que no te pude acompañar.
© Yashira 2014
Que suerte no poder acompañarle aunque lo mejor es encontrar nuevas manos y cuerpo que alivien los deseos.
ResponderEliminarMuy bonito Yashira.
Besos,
Gracias Sau, me sorprende encontrarte por este lugar, siempre te relaciono con mi mar. Pues ya ves, se queda ahí, atascado en el tiempo.
EliminarBesos y gracias por tu visita a este otro espacio.