Foto de Carrie Goodman |
Teresa me dice ¡No
mires! Y yo no quiero mirar, pero mi curiosidad es grande, mucho más grande
que las razones que ella me da. Con los dedos sucios sobre mi cara entreveo sus
piernas blancas, su espalda, sus nalgas. Cuando termina de vestirse nos
marchamos juntos al parque, pero me cuesta concentrarme en los juegos que
normalmente me divertían, no paro de pensar en su cuerpo, también en las
palabras de mi madre al entrar al baño: Pedro,
cariño, qué mayor te has hecho ya, mirando sin pudor mi torso, mi sexo, mis
piernas. Las madres son así, no preguntan ni escuchan. A la tía Cari, le cuenta que ya estoy entrando en la
pubertad. Aunque no comprendo bien eso de la pubertad, creo que a mí me ha dado
fuerte.
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Cada viernes Fernando Vicente nos invita en su blog "El bic naranja" a divertirnos escribiendo.
Un buen ramillete de historias, para una imagen. La tuya me gusta.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Es cierto Rosa, cada vez somos más los que participamos y las historias son geniales. Es divertido ver la diversidad de posibilidades que nacen de una propuesta.
EliminarBesos hasta tu aire.
Pues decirte Yashira que este, es uno de mis favoritos esta semana. Y sí, hay que ver lo que cada uno ve de distinto en una misma imagen.
ResponderEliminarUn abrazo, compi de fatigas.... digo, de dichas jajajaj
Rosy
Jaja, Rosy, menos mal que rectificaste, que los viernes son bien divertidos.
EliminarAbrazos de septiembre.
Qué maravilla el despertar inocente al deseo, este sí que debería de ser un recuerdo imborrable.
ResponderEliminarUn beso
Es cierto Ana, imagino que a cada uno le queda el suyo.
EliminarBesos.
Un relato encantador, lleno de frescura e intimismo. Me gusta cómo has descrito esa edad ambigua de la pubertad.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Gracias Isabel, es una edad tierna y llena de incertidumbres. Tengo vagos recuerdos de ella, como dice Ana, no deberíamos olvidarla.
EliminarAbrazos para ti guapa.
Es cándido, con una escritura dulce que deja al lector satisfecho tras su lectura. Como maestro te he de decir que el niño es creíble y el micro más.
ResponderEliminarSaludos
No sabía que eras maestro Nel, entonces eres todo un experto porque seguro te las ves a menudo con pequeños como estos.
EliminarGracias por tus palabras. Saludos.
Pues a mi me ha gustado. Es muy evocador y tierno.
ResponderEliminarSaludísimos.
Muy chulo. Me encanta esa forma de explicar tan llana y ágil.
ResponderEliminarEres grande escribiendo.
Un saludo.
Buena aportación a la propuesta de Fernando. Creo que el narrador en primera es el más adecuado a esa foto que nos anuncia el despertar a la visión de lo que no se puede ver. En tu caso lo has logrado muy bien, ese momento el cuál el niño o niña descubre que los cuerpos ajenos tienen imán.
ResponderEliminarAsí es la pubertad, descubrimientos por segundos, has reflejado de una manera sencilla y amena momentos de un adolescente floreciendo en su iniciada primavera. Un abrazo.
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