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viernes, 23 de diciembre de 2016

Emigrante sin equipaje



18 de diciembre. Día internacional del Migrante. Mi aportación a esta última temporada de ENTC.

Ilustración de Paloma Hidalgo


Desde niños las vacaciones siempre juntos, el final del verano marcaba el comienzo de otra manera de acercarnos, entonces eran nuestros corazones los que, unidos, evitaban la distancia. Una distancia que creció tras mi accidente, tuve que dejarte y ya no eran kilómetros lo que nos separaba, aun así, encontré la forma de estar junto a ti, pero ahora mi tiempo ha pasado, he de volver a encarnar, no sé si recuerdas cuando, en clase de filosofía, el profesor contó sobre la migración de las almas. Tengo que hablarte Lucía, no sé cómo hacerlo. He intentado susurrarte al oído, pero creíste que era el viento. Intenté pintar en una nube y no mirabas al cielo. Trataré, otra vez, de explicarte.

Qué sueño tan hermoso y extraño, tan real que aún puedo olerte Andrés. He soñado con ese abrazo que nunca pudimos darnos y con las palabras que nunca nos dijimos. Siento que, de algún modo, hoy te despediste de mí ¡Hoy! ¡Qué locura! Hace más de diez años de aquella tormenta en la que un coche, dejándote en la cuneta, sesgó tu vida para siempre.

Los que se marchan, no se van del todo, al menos no durante un tiempo.

© Yashira  2016





sábado, 3 de diciembre de 2016

Mercedes Castejón (25/08/1920-14/04/1950)



Imagen tomada de Internet



Me acuerdo de todo, de la ventana que daba al patio de luces, a medio día unos popurrís de olores llegaban a través de ella, en la tarde entraban los gritos y juegos de los niños hasta la hora de la merienda. Recuerdo ese edificio antiguo y en mi evocación puedo vivir cada instante como si fuese ayer. Hasta recuerdo a los porteros que, desde el entresuelo, cuidaban de que se mantuviese el orden en las zonas comunes.
Pero Antonio, todo lo que me cuenta parece bastante normal, comenta el psicólogo.
Sí, todo sería normal si no fuese porque, en esa época, mi madre todavía no había conocido a mi padre, aquellos porteros fallecieron antes de mi nacimiento, y cada día mis pasos me llevan al cementerio, me siento en la tumba de una mujer de la que no sé nada, sólo que tendía la ropa cada día con creciente dificultad, su abultado vientre hacía muy costosa la labor y sueño con la sangre que resbala por sus piernas.

Releo una y otra vez la escueta esquela... 





Imagen tomada de Internet


© Yashira  2016