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miércoles, 11 de diciembre de 2019

Regreso a ninguna parte



Javier M. Reguera
Yellow Bus, Javier M. Reguera


Llevaba unos días con esa sensación extraña de no pertenecer a ningún lugar, no sabía qué hacer y comencé a deambular en coche sin destino alguno. No sé cuántos kilómetros llevaba recorridos cuando llamó mi atención un autobús, era amarillo y estaba abandonado. En aquel lugar lleno de viejos coches destartalados, brillaba con luz propia, parecía llamarme, salté la valla y me acerqué.

Estoy frente a él preguntándome cuánto tiempo lleva parado, de repente una irracional angustia se apodera de mí al pensar que no pueda ponerlo en marcha, esa angustia me acompaña mientras busco a alguien que me facilite una llave para entrar y comprobar su estado. No hay nadie, busco una oficina o algo semejante y veo un letrero con los horarios, es fin de semana y no abrirán hasta el lunes. Bien, no me queda más remedio que forzar la puerta y entrar. Lo que veo no me decepciona, está viejo, sucio, pero tiene vida, basta dar una vuelta por su interior para comprender que ha vivido mucho, que tiene muchas historias que contar, pero lo más importante, muchas más para crear. Limpio un par de asientos y me preparo a pasar ahí el tiempo que resta hasta la apertura del negocio, no tengo intención de marcharme sin él, es una de esas decisiones que se toman por impulso, sin pensarlo dos veces.

En la mochila llevo apenas una chocolatina y una botella de agua casi vacía, creo que la espera será dura pero la decisión es más fuerte que el hambre o la sed, me tumbo sobre los sillones y me arropo con el saco de dormir que suelo llevar en el maletero. Un ruido me sobresalta, no es uno de esos crujidos típicos de reajuste, es un sonido seco, un golpe que hace temblar la estructura, me despierto sobresaltado y rodeado de luces de emergencia, gritos, sirenas de bomberos y ambulancias, confuso trato de moverme y no puedo, estoy atrapado entre los restos de los butacones sobre los que me recosté. El bullicio va cesando al clarear el día, con la luz del sol todo se ve distinto, ahora estoy fuera contemplando el destartalado aspecto del vehículo, incrédulo y asombrado me alejo de allí, ayer era un majestuoso tesoro, hoy un amasijo de hierro del que he salido sin rasguño aparente y ahí, en medio de la nada, no encuentro mi coche ¿He vivido un accidente real? ¿Ha sido una pesadilla? ¿Un recuerdo en el que me he visto atrapado al dormirme en ese lugar? No hallo respuestas, me alejo caminando hacia ninguna parte, con la creciente sensación de estar muerto.
© Yashira  2019




Para los viernes creativos, esta vez Ana en "Escribe fino" nos pide que pensemos en este lugar, un autobús extraño.

La fotografía es de Javier M. Reguera, de la Serie «City 01Skate Days», 2019.

2 comentarios:

  1. Retorcido por la grua destructora.
    ¡Que angustia!

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  2. me ha encantado el relato! parece la narración de un sueño.
    si estuviera dentro de un autobús parado, pasearía por el pasillo entre los asientos. cuando estoy inquieto, necesito dar paseos.
    besos!

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