Me ha pasado el testigo Fernando Martínez en el segundo relevo de la I Carrera Verde de Luisa Hurtado, y a su vez yo se lo paso a Paloma Hidalgo. Somos los ¡Brócolis!.
Pretendía agrietar el hormigón con sus nuevas raíces, sabía que era posible
porque otros antes ya lo habían hecho.
Su vida previa había sido fácil, placentera, se limitaba a recibir de la
tierra el alimento y del sol la luz necesaria para asimilarlo. Era grande, con
ramas frondosas en las que los pájaros hacían sus nidos; cada primavera entre
sus hojas los nuevos pollitos iniciaban sus divertidos intentos de vuelo.
Desde hace unos años con la llegada de esos animales, que se mueven rápido y
a dos patas, todo ha cambiado.
El entorno en el que ahora vive es árido e inhóspito. Sus raíces ya no
encuentran la tierra blanda, fresca y generosa de otros tiempos, sino un
hormigón duro por el que ya no puede medrar, su tamaño se ha visto
drásticamente reducido por desnutrición, la luz de sol apenas llega, opacado
por grandes construcciones que crecen y se multiplican por doquier. Esos extraños... Destrozaron todo, acabaron con casi todos los seres vivos de la
zona, para después venir e intentar recuperarlos, así fue como salvó la vida:
cuando ya estaba a punto de secarse, comenzaron a regarle y tratarle con
abonos, recuperó algo de fuerza y pequeñas radículas comenzaron a crecer, pero
bajo esa capa inerte es difícil encontrar los nutrientes, intenta romperla para
sacar las raíces al sol y esperar un poco de lluvia que refresque todo su ser,
cuando caen las gotitas de maná ya no penetran y enriquecen, se quedan en la
superficie y resbalan lejos de él.
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Yashira 2013
Repito lo dicho en otros rincones, hoy tengo una dieta de lectura sanísima. ¡Qué fuerte váis los brocolis, Yashira!
ResponderEliminarUn micro duro, el tuyo. Tristeza es lo que me llevo, aunque no pierdo la esperanza.
Un abrazo,
Siento que te lleves tristeza, creo que para la naturaleza nosotros significamos eso, destrucción y dificultades.
EliminarPero haces bien en no perder la esperanza, porque iniciativas como esta de Luisa ayudan a concienciar, a estos animalitos que somos, sobre la importancia de nuestra madre tierra.
Un abrazo.
Tu nerviosismo se ha traducido en creatividad. ¡ Con lo nerviosa que estabas ! Menuda joya nos dejas. A ver Paloma... los Brócolis vamos pa lante.....
ResponderEliminarFco Marcos
Gracias por tus ánimos, si que estaba nerviosísima, y no sé si he atinado del todo con el tema, pero al menos ahí estamos, como dices "pa lante", jajaja.
EliminarUn abrazo Fco Marcos.
Yashira, espero que pueda revivir, que no se muera, y lo logrará.
ResponderEliminarEstá siendo muy divertida esta Carrera Verde, que parece que tiene Brócolis en cabeza, pero... cuidado con los Kiwis, eh!
Un abrazo.
Jaja Nicolás, está claro que no podemos descuidarnos, y la verdad que no estoy disfrutando la Carrera como desearía por tener que atender otras cuestiones ahora más prioritarias. Pero poco a poco os iré leyendo a todos.
EliminarUn abrazo señor Kiwi.
Hacer fuerza a pesar de todo,una lucha desigual entre el verde y el gris. Algo debería empezar a cambiar...
ResponderEliminarMe ha encantado, Yashira, perdón brócoli! ;)
Saludos de esta acelga!
Saludos señora acelga, jaja, la verdad que la lucha es terrible, pero creo que algo va cambiando ya, al menos eso es lo que espero y deseo.
EliminarSaludos Sandra.
La vida es dura, pero cuando te encierran con cemento se hace peor, en detrimento de la modernidad vamos perdiendo la esencia.
ResponderEliminarUn abrazo amiga y mucha suerte.
Luis otro acelga más.
Pues sí Luis, nosotros somos especialistas en dificultar lo que debería fluir con naturalidad, pero bueno, también podemos reaccionar y eso es lo que espero, que reaccionemos y seamos capaces de salvar lo que queda y con ello, salvarnos nosotros mismos.
EliminarUn abrazo señor Acelga.
Ya llego. Buen relevo, me encantó lo de los animales de dos patas que se mueven rápido, digo yo que tienen que tener, todo lo más, dos personas.
ResponderEliminarMe has dejado con un sabor agridulde, que parece que si pero que no está claro. Puf.
Buena participación, si, señor.
Muchas gracias
Gracias a ti Luisa, que nos has dado esta posibilidad con tu gran idea. Cada uno aportamos algo y al final todos ganamos porque nos divertimos escribiendo y leyendo.
EliminarUn abrazo.
Hola compañera Brócoli, ya estamos corriendo a toda velocidad por lo que veo. Me ha gustado ese tono naturalista de tu relato, y que las gotas se escapen...y me lleguen fresquitas a mí.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí para ti van esas gotitas y sé que harás buen uso de ellas, la velocidad va en aumento. Adelante compañera.
EliminarUn abrazo Paloma.
Bien por ese árbol que lucha contra el hormigón, seguro que vencerá a los dos patas. La naturaleza resiste al invasor.
ResponderEliminarBuena contribución a la carrera. Pero no perdais de vista a la primera lagartija que acaba de correr
Uy Puri, las lagartijas tienen fama de rápidas, veremos lo que sucede. Este árbol tenía que luchar y luchará y vencerá.
EliminarSaludos.
Historia de un árbol. Que bueno... más de uno se habrá sentido así viendo crecer las ciudades alrededor suyo.
ResponderEliminarEnhorabuena. Sigue la carrera.
Sí señor ahí sigue la carrera. Suerte compañero Brócoli.
EliminarMe gusta esa resistencia a morir, que siga luchando contra el hormigón.
ResponderEliminarBrocolis, lo lleváis al hilo!!!
Besos de repollo desde el aire
Gracias Rosa, resistirá.
EliminarBesos al repollo. Jaja.
Una original propuesta que está dando muy buenos relatos.
ResponderEliminarTe felicito, Yashira, por tu participación y felicitaciones para todos.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Un abrazo tambien para ti Mos, la verdad que la idea ha sido genial y divertida.
Eliminar¡Cuanto daño está haciendo el hormigón!
ResponderEliminarLa madre naturaleza, nos dará algún día una lección...
Besos de acelga que ya llegó a la meta.
Pues sí Cabopá el hormigón no es lo más apropiado para la naturaleza. Qué fuertes los acelgas, ya en la meta. jaja.
EliminarBesos de brócoli.
Hola Yashira, con este ir y venir de blog en blog, se me había pasado una buena brócoli.
EliminarAunque tu relato es muy duro, la realidad lo supera, el asfalto nos come y avanza sin piedad.
Me ha gustado visitarte, con tu permiso me quedo un ratito.
Abrazo de una verde kiwi
Hola Rosy, encantda de que te quedes cuanto quieras. Yo aún no he podido visitar tampoco todos los blogs, es normal.
EliminarUn abrazo señora Kiwi, cuenta con mi visita.
Buen relato el de tu árbol, transmite tristeza y nos hace reflexionar sobre a dónde vamos tan deprisa sin mirar más que nuestro interés, así es parte de nuestra especie, desgraciadamente. Ponerse en la piel, o en la corteza, del árbol ayuda a ver ese problema en toda su dimensión.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí Nieves, de vez en cuando deberíamos ponernos en la corteza de los árboles o en el lugar de las plantas, creo que veríamos una perspectiva del mundo muy diferente.
EliminarUn abrazo.
Vine a saludarte. Te dejo un beso. Feliz Lunes.
ResponderEliminarGracias Marylin, un beso para ti y feliz resto de semana.
EliminarCompañera estoy en ello. A ver si entre estas horas puedo y concluyo. Saludos.
ResponderEliminarÁnimo Fco Marcos, tú puedes, recuerda que esres todo un Brócoli, jajaja esta carrera no la olvidaremos.
EliminarUn saludo.
Ahora que los brócolis habeis terminado la carrera me deleito de nuevo con vuestra historia. Un placer leerte!
ResponderEliminarMañana, cuando me asome a la calle, sentiré un pellizco de dolor cuando vea la copa del árbol que da sombra en verano a mi balcón y mire al suelo y vea el poquito espacio que mi finca, mi calle, le ha dejado a sus raíces.
ResponderEliminarTe agradezco este golpe a la conciencia.
Un beso