Imagen tomada de Internet |
Escribir un cuento no es sencillo, aunque algunos llegan
empujando, parecen tener prisa por plasmarse en el papel; otros se resisten
y justo cuando tienes un día, una hora para presentarlos, miras hacia arriba,
hacia abajo, a los lados, nada. ¿Dónde está ese relato que tenía que aparecer
justo ahora? Pues sólo dios sabe dónde, porque por más que lo busco, no lo
encuentro. Es sorprendente como en cuestión de segundos parece que todas las
cosas que volaban por tu mente, esas imágenes que impactaron, esas palabras que
te hicieron sonreír, aquel sentimiento que fluyó rápido desde dentro y parecía
un río, todos, en este momento están escondidos. Me gustaría saber cuál es el lugar al que se
marchan cuando más les necesito. Estoy pensando que deben tener un escondite y
creo que soy lo bastante sagaz como para encontrarlo, seguro que dejaron un
rastro. Desde este momento me declaro “tras la pista de esos ingratos”. Ya os
contaré el resultado.
© Yashira 2013
Es algo muy común, no creas que eres tú la única. Nos pasa cada día, tenemos inspiración, y zas... pero siempre hay oportunidad de retomar. Yo, como excusa llevo una libreta y un bolígrafo para anotarme lo que me fluya sea donde sea. Después lo modelas, al menos tienes la esencia.
ResponderEliminar¡Que ya verás como lo encuentras!
Saludos
Fco. Marcos
(Una cosa la familia de mi mujer es del Algar. Muy cerquita de Cartagena)
Me alegra lo que me cuentas, imagino que nos pasa a todos, no siempre tenemos las palabras, ni las ideas cuando las deseamos, pero sí, lo encontraré, así me lo he propuesto.
EliminarPues sí que El Algar está cerquita de Cartagena, de hecho forma parte de Cartagena. Me alegra saber que tenemos lazos cercanos.
Un abrazo Fco. Marcos.
Supongo que esta entrada es una reflexión, Yashira; una reflexión que todos los que jugamos a juntar letras nos hacemos tarde o temprano.
ResponderEliminarEn mi caso es tan así que por eso no participo en casi ningún concurso. No sé, no puedo y no me gusta escribir bajo una condición, sea esta cual sea. Frases o palabras obligatorias, límites de extensión, plazos de entrega; son como espantacuentos en mi caso. Por lo demás, te confesaré que tengo ideas de historias que llevan más de tres años dando vueltas en mi cabeza y aún no han encontrado la forma de saliir.
Un abrazo,
Uy claro que te entiendo, pero no me voy a comparar contigo, para mí tú eres uno de los grande, yo sólo una aprendiz que persigue las palabras e intenta cazarlas al vuelo. Es verdad que no te suelo ver participando en concursos y siempre me llama la atención porque estoy convencida de que estarías como mínimo en la final. Gracias por tu confesión, intento apuntar las ideas para que no se escapen del todo, pero aun así, a veces ahí se quedan. Esperando desarrollo.
EliminarUn abrazo y gracias por tus comentarios.
Uy sí es verdad Yashira. Suelo andar con una libreta tipo moleskine, (justo hoy se lo comentaba a Puri en su entrada) aunque no siempre tengo oportunidad de anotar y después zas! imposible recuperarla. Y los post - it pero lo más difícil es darle forma a esas cosas sueltas. Eso no está en ningún lugar visible. Está en mis neuronitas que tienen un funcionamiento de lo más caprichoso. Besazo !
ResponderEliminarJaja Sandra, mira por dónde me has dado una pista, tus neuronitas, jajaa puede ser un rastro de mis ingratos preferidos, encontraré su escondite. Mientras tanto, como tú, suelo utilizar una pequeña libreta y pequeño bolígrafo que siempre van en mi bolso, junto a la cámara de fotos. Pero sí, estoy contigo, esas ideas sueltas después son difíciles de atar, y la mayoría de las veces acaban siendo algo diferente a lo que comenzaron a ser.
EliminarBesos Sandra.
Y seguro que encuentras la pista de esos duendecillos.
ResponderEliminarEstaré atenta a la resolución de esta reflexión porque, a mí, también se me pierden.
Un beso, guapísima.
Gracias Towanda, te mantendré informada de mis progresos,jaja.
EliminarDe momento sólo puedo seguir a la espera de encontrar cuantas más pistas mejor, si hay sugerencias, agradecería me las participases.
Un beso preciosa.
Ya nos contarás Yashira. Y si ves a los míos mándamelos volando, últimamente se me escapan y no los encuentro por ningún lado...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Vale Rosa, lo tendré en cuenta, si los veo, y ya sé ya, que se te escapan, menos mal que al final aparecieron.
EliminarBesitos hacia tu aire.
Yo creo, amiga yashira, que tienen vida propia y, por tanto, aparecen y desaparecen a su antojo. Si están de buenas pues ¡hala!, a salir y que nuestras manos escriban lo que quieren decir. Que están cabreadas pues ¡venga!, no hay nada que rascar. Y así sucesivamente.
ResponderEliminarClaro que luego hay cabezonas como tú y sacan musas de debajo de las piedras, :):):):):)
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Jaja, Mos, vale, reconozco mi cabezonería, pero es que me niego a que me dominen esos duendecillos, he decidido averiguar todo sobre ellos. Si tienes pistas, ya sabes dónde debes hacerlas llegar ;).
EliminarUn abrazo hasta tu orilla.
Qué bueno, Yas. Has narrado perfectamente lo que a veces me ocurre. En mis paseos diarios me pasa eso. Llevo una libreta que ocasionalmente uso, pero tengo que caminar sin parar y no debo parar. He pensado usar una grabadora de mano. En fin, seguro que te vuelven esas historias., pero, es cierto, ¿dónde se quedan?
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