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Antes de despuntar el sol, se levantan las dos abuelas. Sus
amenas conversaciones las entretienen mientras recogen los higos de las
frondosas higueras.
02-08-12
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Me ha picado una abeja ¡soy alérgica!
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Tranquila, pinchamos Urbason y arreglado.
04-08-12
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Necesito Urbason, me picó una abeja.
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Siéntese, enseguida le atendemos.
07-08-12
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Le ha picado una abeja y es alérgica.
El médico las mira de arriba abajo.
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Señoras ¿no creen ustedes que ya son mayorcitas para
jugar con bichitos? , ¡han venido tres veces
en la misma semana!
© Yashira 2013
Pobres abuelas, Yashira. Ir a por higos y entretenerse entre las higueras era motivo de tanta picadura pero ellas erre que erre.
ResponderEliminarCurioso relato.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Jaja, Mos, lo siento, pero no he podido evitar ponerlo, es que es cierto, sucedió de verdad y me hizo tanta gracia. Ay, ellas mismas ríen cada vez que lo recuerdan.
EliminarUn abrazo hasta tu orilla.
Hola Yashira.
ResponderEliminarPobres abuelitas con el urbasón.
Un beso muy grande.
Bueno Towanda, ha sido sólo un tratar de comunicar algo que todavía me divierte, aunque tuvo su peligro pero estuvo controlado. Lo divertido eran las caras de los médicos y enfermeros.
EliminarBesos.
Pero cómo no van a caer en la tentación de comerse esos higos tan dulces. Desde luego, no habrá pinchazos de Urbasón que las detenga.
ResponderEliminarUn beso
Jaja Ana, eso es cierto, te puedo asegurar que cada verano sucede algo parecido.
EliminarUn beso.
Pobres abejas... se morirán :D
ResponderEliminarBesos
Ay Henry, eso es cierto, pero ellas mueren luchando.
EliminarBesos.