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Es raro, pero a veces traspasa el umbral y se cruza con los mortales, en esas extrañas ocasiones disfruta palpando su
miedo en el instante justo en que los hace suyos.
Miró por la ventanilla del metro, al otro lado, un hombre la miraba fijamente, no lo pensó, giró sobre sí misma y apareció junto a él. Su víctima, sorprendido, intentó gritar pero era tarde. No siempre lleva guadaña, en estas ocasiones prefiere el cuerpo grácil de una joven delgada.
© Yashira 2019
Que miedo!
ResponderEliminarNo tengas miedo, amigo Alfred, nos tiene que mirar a todos en algún momento. Un saludo.
EliminarMuy bien reflejado el momento, y como a todos nos tiene que visitar mejor que lo haga vestida con vaqueros y una blusa de seda.
ResponderEliminarBreve y bien formada la historia. No breve si bueno dos veces bueno.
Un abrazo Yashira
Puri
En el momento menos pensado
ResponderEliminarSaludos
Vale, que se cruce, pero que lo haga lo más tarde -y rápidamente- posible.
ResponderEliminarSaludos