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jueves, 22 de noviembre de 2012

Siempre rechazado



Paseaba por el Campo de Criptana cuando comenzó a llover, encontré un pequeño establo donde refugiarme; al  acostumbrarse mis ojos a la oscuridad, fui consciente de mi realidad: Aquello estaba lleno de extraños artilugios. 
Me sujetaron, me ataron, grité sin parar. 
Una lanza atravesó  la puerta, entró raudo y veloz un caballero con su armadura diciendo a voz en grito: “Dejad en paz a mi amor” y desatándome… “Sube amada mía a la grupa de Rocinante”. Y es que Don Quijote, a todas confunde con su idolatrada Dulcinea. Agradecí la heroica gesta pero eso sí, rechacé su beso enamorado.


6 comentarios:

  1. Mujer...tampoco es que le costara mucho ¿no? Jjejeje
    Bueno, tiempo. Quién sabe, si su quijote no sería el deseado.

    Un beso

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    1. Hombre es que besar con amor a alguien que está besando a otra... Pues no sé yo... No parece muy apetecible por mucho que te haya salvado a vida.

      Un beso Enmascarado.

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  2. Qué bueno, yashira.
    Seguro que te vio y vio en ti a la más guapa Dulcinea de sus sueños.
    Bueno, vale, no hubo beso pero al menos él se sintió bien y a ti te liberó de los desaprensivos.
    Ay, cómo andan algunas cabezas!!!

    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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    1. Pues sí Mos, las cabezas no andan muy bien, pero bueno, lo importante es que hay buenas intenciones. El beso no tenía sentido si estaba besando a otra.

      Mi abrazo hasta tu orilla.

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  3. wow... rechazar el beso de tu salvador, es un final que no esperaba en este relato... claro pedido por alguien quien confunde a todas con su Dulcinea, pues es algo más que prudente.

    saludos
    Carlos

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    1. Exacto, no parece lógico, por cierto, me gusta saber que el Innombrable tiene nombre. Carlos, gracias por revelarlo.

      Saludos.

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