Me leen...

viernes, 7 de febrero de 2020

Si sale humo, hay fuego.


Para los viernes creativos del Bic naranja.

Nicolas Bruno 

Me sentí triste, rodeada de incertidumbre y reclamos egoístas. No quise seguir escuchándote ni acumular más reproches. Solo quería alejarme del mundo, escalar montañas, volar hacia las nubes. Pero seguiste hablando sin parar, de tus necesidades, de tus esperanzas, de lo que pensabas hacer cuando cobrases todos los atrasos de tus vacaciones.

Me harté. Que arda el mundo contigo dentro. También tengo necesidades y se me acabaron las esperanzas, siempre tratando de regatearme cualquier posibilidad de medrar. Ni luna, ni estrellas, nunca me ofreciste nada. Pedir sí, el infinito bajo mis pies. Pero me harté.

No fue intencionado, aguanté tanto, callé tanto, que al pronunciar la primera palabra saltaron chispas.Trataste de apaciguarme pero ya no había modo, las llamas salían por mi boca cual dragón herido. Y solo pude callar cuando tanto exterior como interior estaban calcinados, todo el sufrimiento, toda la paciencia, todos los reproches contenidos, todo, calcinado. Las lágrimas brotaron después, fuera de toda esta historia, lloré, me senté en el suelo y lloré, abrazada a los restos de un amor que, como hiedra, me había ahogado.
© Yashira  2020




2 comentarios:

  1. Con los lloros apagaste ese fuego que calcinó tu vida.
    Besos.

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    Respuestas
    1. A veces las lágrimas llegan ya tarde, cuando no hay mucho que rescatar.
      Besos Alfred.

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