Me mira sonriente esperando su caricia, puntiagudas orejas fielmente atentas a cualquier sonido que emita, de su boca cuelga una lengua húmeda de amor, el amor que rebosa todo su cuerpo, incluida la cola inquieta que no cesa de sacudir a un lado y a otro. Si en este momento alguien me preguntase cuál es su nombre, diría: "Felicidad".
Cierro los ojos, tragando la amarga sensación entro en el coche, arranco y me alejo sin mirar atrás.
© Yashira 2019
Esta Navidad, si no vas a ser capaz de cuidar un perro adulto, no regales un cachorro, crece y tiene necesidades. Ellos NO son un JUGUETE.
Nunca he entendido este comportamiento. Es atroz!
ResponderEliminarBesos.