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viernes, 12 de enero de 2018

En el circo de la vida, perdemos la mirada.


Thomas Hoepker




Comencé en esta profesión pensando que haría felices a los niños, pero la mayoría se asustan.

Los padres me contratan, y al llegar a la fiesta, he de explicar a los más pequeños que no deben llorar, que vengo a hacerles reír. Claro, ellos saben, te miran a los ojos y saben que tú no eres lo que aparentas. Por eso, cuando salgo del trabajo procuro rodearme de adultos, así puedo pasar desapercibido. 

- Ah, que mi indumentaria te hacía pensar otra cosa ¿verdad? - Pues no, así vestido nadie se fija en mí. 

Ya en casa, cuando me desprendo de pinturas, ropas y demás, me muestro. Con los años he aprendido a vivirme, aceptarme y disfrutarme, tal cual. 


¿Y tú cuándo te quitas la máscara? ¿O has crecido tanto que ya nunca te miras a los ojos? 


© Yashira  2018



Para el primer tema de 2018 en ENTC, escribimos en blanco y negro.









2 comentarios:

  1. Hay que tener la mirada siempre presente.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. Sí Alfred, nunca perderla, tendemos a no mirar, a dejarnos arrastrar por la vida.
      Un saludo y gracias por pasar.

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