Mi aportación a la 2ª semana de REC:
El lápiz con el que ella, cada mañana, se lo dibujaba iba reduciendo drásticamente su tamaño.
El juego, que comenzó hacía ya mucho tiempo, fue dejando de serlo. Hoy no imaginaba la vida sin ese falso tatuaje que cada día ella recreaba con amor.
© Yashira 2016
Muy triste :)
ResponderEliminarEs triste Alfred, pero es la vida... Todo tiene un final.
EliminarTriste o no, pero gustó. Es sencillo, pero me gustó.
ResponderEliminarGracias Luisa por tu comentario.
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