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miércoles, 15 de mayo de 2013

Desahuciada

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Hace sólo cuatro años compré el piso de mis sueños, fueron tiempos de apretarse el cinturón para enfrentar el pago de una hipoteca. Creí que era el mejor momento, tenía un trabajo fijo y toda la vida por delante.

Hoy, no tengo nada, me lo han robado todo. Primero fue el trabajo, se temía por el cierre; al fin llegó el comunicado agradeciendo mis servicios, pero ya no era posible mantener ese puesto. Las cosas comenzaron a ir mal en mi matrimonio; llegó el divorcio y unos hijos que mantener en la más absoluta soledad. 

Con el subsidio de desempleo no llegaba. Los niños seguían creciendo y necesitando cada vez más. Fui al banco a pedir ayuda y consejo. Pensé que como nunca había fallado en el pago, serían indulgentes y lo tendrían en cuenta. 

Hoy he recibido una carta del juzgado, el día 31 tendré que abandonar la vivienda. ¿Cómo decirlo a los niños? ¿Dónde viviremos? Un torbellino emocional me envuelve. La angustia no me deja respirar, falta el aire, me acerco al balcón. Todo se nubla y pierdo el control. Mi cuerpo se abalanza hacia el vacío, salpicando la vida en sangre.

© Yashira  2013

18 comentarios:

  1. Así de angustiosa debe ser la sensación, Yashira. La has descrito muy bien.
    Como a la protagonista de tu relato, a todos los españoles nos va mal, cada vez peor. Entre tanto, sin poder mantenernos nosotros ismos, hemos de mantener a todos los haraganes de la política y altas finanzas. Ay, ¡porca miseria!
    Un beso para ti.

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    1. Es verdad Isabel, la situación cada día nos ahoga más pero parece no importar a nadie. Los que tienen la solución en sus manos se desentiende, total a ellos no les falta, ahí estamos los demás para sufragar sus gastos.

      Un beso guapa.

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  2. Ay, no puedo añadir más.
    Tampoco debo. Lo contado, contado está. Lo vemos, lo oímos, nos lo cuentas; algunos lo viven.
    Y los muertos no valen nada. Hay que rescatar a los bancos, dicen, los ladrones

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    1. Es normal Luisa ¿A quién van a rescatar? Si rescatan a los bancos ellos pueden seguir chupando, si nos ayudasen a nosotros se quedarían sin la mano de obra, cuasiesclava, que están generando.

      Los ladrones siempre fueron ladrones, ahora ya se están vonvirtiendo en asesinos. Un beso.

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  3. Ya sabes que a pesar de la dureza del texto y su mensaje, me ha encantado. Quizá esta sea otra de las formas de tener siempre presente esta tragedia, entre otras cosas, para que los responsables de poner solución comiencen de una vez por todas a justificar sus sueldos, promesas y juramentos.
    Un abrazo. Juan A.

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    1. Gracias Juan Antonio por pasar y comentar en mi blog. Ojalá estas cosas sirvan para hacer fuerza y conseguir, como dices, que justifiquen lo que están ganando con acciones para las que se les votaron, pero me temo que tienen una piel muy dura, a los sentimientos de éstos no es fácil llegar. De todos modos nosotros sí que debemos tenerlo todo presente y, en la medida de lo posible, aportar nuestro granito de arena.

      Un abrazo.

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  4. Me ocurre igual que a Luisa Hurtado, no podría añadir nada más...Es una historia que habla por sí sola.
    También participo en estar jornada de micros indignados, desde mi "barco de papel"
    Abrazos :)

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    1. Una triste historia que por desgracia escuchamos día sí y día también.

      Pasaré a leerte Ángeles. Abrazos.

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    2. Triste y real, como la vida misma.
      Con permiso te sigo. Gracias por llegar a mi barco de papel, será un placer recibirte siempre que quieras llegar.
      Abrazos solidarios :)

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  5. Yashira, duele, mucho, duele mucho este microrrelato que bien podría ser la crónica de esos casos que se han dado, y que a este paso, continuaran saliendo en las noticias. No todo el mundo aguanta la presión de perderlo todo sin saber por qué ni cómo llegó a toparse con tan extrema situación.

    Abrazos.

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    1. Esta situación despierta muchas emociones, ninguna buena, dolor, rabia, impotencia... Me gustaría que dejasen de ser actualidad historias como esta pero,como dices, de momento seguiremos escuchando sucesos parecidos.

      Abrazos.

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  6. Esta casta canalla tiene una deuda de sangre que nunca podrá pagar.

    Abrazos indignados.

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  7. Un final que hace tiempo se tildaría de forzado y hoy en día se le tilda de normal. Cruel sería el adjetivo que le daría yo.

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  8. Es muy real este relato, Yashira. Y tú nos lo recuerdas con tus letras que son un mazazo en toda regla. A todos nos duele esta situación menos al gobierno actual. Digo actual porque está en sus manos el poder cambiar esta situación tan angustiosa que viven tantas familias.
    Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.

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  9. Yashira, todavía me recorre un frío como un latigazo por el cuerpo.
    La pena es que esto esté sucediendo!!! Que lo relates y nos lo creamos. Lástima de verosimilitud.

    Un besooo grande (y triste que me has dejado).
    Amparo

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  10. Tu relato en primera persona está magnificamente contado, como ocurre cerca muy cerca, ayer mismo un hombre aquí se suicidó...

    Indignada por todo y por el poco eco que tienen situaciones como la que tu nos cuentas...

    Muy bien, muy bien Yashira. Ha sido un placer leerte, me alegro que hayas llegado a tiempo en esta jornada de indignación
    Besicos desde mi alambrada, vecina.

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  11. ciertas y tristes son estas letras llenas de tristeza,desilusion y desamparo,pero a estas personas que se ven en el espejo de este relato,desde mi humilde opinion les digo:Dios aprieta pero no ahoga

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  12. Aparte de plasmar la cruel realidad de tantos que cada día lo padecemos, es un palo el comprobar que la ficción que nos evade o transporta, cada vez está más cerca de la realidad.
    Un abrazo.

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