Imágenes tomadas de Internet |
“No es en el fuego donde está la
respuesta”, oí que alguien decía a mis
espaldas. Me volví despacio, allí no tenía que haber nadie. Clavé la vista en
la oscuridad y miré mi mano con la cerilla todavía encendida, mientras, el
calor me alcanzaba hasta dejarme sin respiración. Tuve que salir corriendo de aquel lugar. Y durante
la huída me preguntaba quién había hablado.
Al día siguiente compré todos los
diarios pero en ninguno encontré nada sobre el suceso. ¿Qué estaba pasando?
Cuando lo comprendí ya era tarde. Sonó el despertador y mi vida de pirómano
había terminado.
En el espejo de mi habitación
descubrí una nota: “Como el fuego, la vida te consume”.
El olor a quemado comenzó a
invadirlo todo, el humo cegó mis ojos y el dolor se irradió por todo mi cuerpo.
Descubrí, ya tarde, que el problema no era el fuego, sino mi sonambulismo
incontrolable.
Woooooooh!!!, me encanta ese giro final, esa sorpresa maléfica, Yashira.
ResponderEliminarTodos los pirómanos tenían que sentir en su piel algo así.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Pues sí Mos, jaja, sería una buena forma de que entendieran el sufrimiento de los demás y el daño que hacen.
EliminarUn abrazo hasta tu orilla.
Buen micro, Yashira. Gran manejo de la tensión y el misterio, algo que no es nada fácil de conseguir en un espacio tan reducido como el que exige la microficción.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias Pedro por tus palabras que me incentivan. Un abrazo tambien para ti.
EliminarHola Yashira, me gustaría que visitaras mi blog y leyeras el nuevo reto que he planteado. Estaré encantado con tu participación.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Gracias Mos por avisarme. Por allí me paso a echar un vistazo a ese reto, que seguro será muy, muy interesante.
EliminarUn fuerte abrazo.