Al amanecer penetras en las entrañas de la tierra y
duramente le arrancas sus riquezas. Fuera queda la luz, la vida; la alegría de
unos hijos que crecen y ven a su padre apagarse día a día. A la hora de la
salida, cubierto de negro carbón, como ave fénix, resurges de tus cenizas;
sales y miras el mundo, ese desconocido que no te ve, que ignora tu trabajo, tu
desolación, son sus intereses los que mantienen abierta la mina.
Pero el momento llega, había rumores que no escuchabas, te
limitabas a seguir en tu labor sin levantar la mirada. Hoy todo cambió, nadie
tiene en cuenta dónde has dejado tu salud. La mina se cierra. Adiós al infierno
conocido que daba de comer a los niños. ¿Y ahora qué? Arrastras el reflejo de
tantos que como tú se unen a la marea, esa negra serpiente que por defender, defiende
la vida y la muerte. Hay que luchar para no perder, aunque tampoco sea para
ganar, de la tierra salimos y volveremos a ella con nuestras manos vacías pero
la frente muy alta, luchando para que el
pan que nunca faltó, no sea, ahora, el hambre del mañana.
Imagen tomada de Internet |
Realmente conmovedor este relato amiga. Me saco el sombrero por los trabajadores de la mina que tienen que dejar a sus familias sin saber si volverán a verlos al término de su jornada. Además el daño para su salud es impresionante! Y que rabia con tantas empresas que no les dan las condiciones mínimas de seguridad para trabajar en las entrañas de la tierra. Hombres del carbón que no pueden abandonar su labor que aunque es muy dura la desarrollan con amor.
ResponderEliminarMe hiciste recordar la historia de los 33 mineros atrapados acá en Chile, noticia que debes haber escuchado, porque dio la vuelta al mundo.
Besitos amiga, gracias por estos textos tan significativos.
Sí Caro, claro que escuché la noticia, se siguió en el mundo entero, realmente fueron noticia y gracias a dios con final feliz.
EliminarAgradezco tus palabras, como siempre tan empática con todo el sufrimiento de los demás.
Besitos y gracias a ti, por tus ánimos y tu cariño.
Ciertamente conmovedor, es la palabra. Necesitamos remover ya muchas conciencias.
ResponderEliminarBesitos
Pues sí, en ello estamos y ojalá con nuestra pequeña aportación logremos algo, aunque son ellos los que de verdad se lo están currando.
EliminarBesos y un abrazo,
Muy buena esta tu aportación a esta serie de relatos en favor de los mineros.
ResponderEliminarMe ha gustado por lo que cuenta y por lo que conmueve.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Gracias Mos, me alegra lo que dices, sabes que para mí, tu opinión es muy importante.
EliminarAbrazos hasta tu orilla.
Yashira, bonito relato que debe servir para que esta lucha que mantienen los mineros por mantener su forma de vida y por un futuro mejor para todos tenga su éxito.
ResponderEliminarYo no vivido en primera persona el mundo de la minería, pero como mucha gente tengo antepasados que si la trabajaron, pues siempre la minería ha sido un motor importante.
Un abrazo y fabuloso relato.
Tus palabras me llenan de ánimo, que te guste mi relato me hace feliz, porque los tuyos son insuperables. También en mi familia hubo quien trabajó en la mina, mi abuelo fue minero en las minas de La Unión, como dices mucha gente tiene antepasados mineros. En esta zona la vida del minero se ha vivido muy de cerca y son muchas todavía las cosas que están relaccionadas, no sé si conoces El cante de las Minas, o los trovos, preciosos.
EliminarUn beso y un abrazo Nicolás,
Esperemos que todo esto sirva para algo. Según pasan los días (cuando escribí el mío, tenía más esperanzas...) parece que el entendimiento no llega.
ResponderEliminarOjalá se arregle la situación o se mantenga abierta alguna mina.
Un beso grande, Yashira.
Sí Petra, ojalá se mantenga abierta alguna mina, si no es así, serán muchas las familias afectadas. Habrá que mantener la esperanza.
EliminarBesos.
Conmovedor tu texto, Yashira, ojalá llegará al alma de la gente que está decidiendo el futuro de tantas familias. Hoy han llegado a Madrid y no veo que le quieran escuchar, no.
ResponderEliminarBesitos