Manuel Moraleda |
Alargadas, chatas, frías, siempre pegadas a ti, las sombras, esas compañeras tristes y silenciosas que nunca dejan espacio, rastro, ni palabra. A medio día tratan de fundirse contigo en un intento vano por evitar su muerte, creen que van a morir, no es cierto, pero no lo saben. Adoran la luna llena, plena, esa luna que les permite ser. La oscuridad más absoluta es su mayor terror, se mantienen pegadas a ti, invisibles, expectantes para surgir de cualquier rincón, aprovechando la más mínima luz. Ser tu sombra puede parecer insignificante, pero para ellas es todo. Su existencia depende de la tuya, sin ti solo serían parte de la nada. Pero ¿Qué serías tú sin ellas? ¿Te lo has preguntado?
© Yashira 2019
No puedes imaginar perder tu sombra, sería el fin.
ResponderEliminarTienes mucha razón Alfred, un mundo sin sombras sería un mundo sin luz. Difícil imaginarlo.
EliminarNunca me he preguntado qué sería de mí sin ella... es cierto que he jugado y divertido con sus formas... de niña corría para comprobar si se despegaba y llegaba antes que ella... la curiosidad de los niños que al crecer abandona.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz finde ♥
Es verdad Auroratris, también recuerdo ese tipo de juegos con mi sombra, me resultaba sorprendente que siempre me siguiera y sobre todo sus cambios, entonces no entendía que dependían de la luz.
EliminarBesos preciosa y feliz fin de semana.
cuando el sol incide con más inclinación, las sombras son más largas. como soy profe particular de mates, eso da juego para problemas de trigonometría. conociendo la estatura de la persona y el ángulo de inclinación, calcular la longitud de la sombra, por ejemplo.
ResponderEliminarsi haciendo sol, mi cuerpo no proyectara ninguna sombra, me asustaría seriamente... pensaría que es un sueño y gritaría para despertarme.
abrazos!
Jajaja Chema, qué buena explicación. Me encantó profe.
EliminarUn abrazo.